Cuándo acudir al periodoncista

Un periodoncista es un dentista especializado en la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de infecciones y enfermedades de los tejidos blandos que rodean los dientes y el hueso maxilar al que están anclados los dientes. Los periodoncistas tienen que formarse tres años más, además de los cuatro de la facultad de Odontología ordinaria, y están familiarizados con las técnicas más avanzadas necesarias para tratar la enfermedad periodontal y colocar implantes dentales. Los periodoncistas también realizan una amplia gama de procedimientos cosméticos para mejorar la sonrisa al máximo.

La enfermedad periodontal comienza cuando las toxinas que se encuentran en la placa empiezan a atacar el tejido blando o gingival que rodea los dientes. Esta bacteria se incrusta en la encía y se reproduce rápidamente, provocando una infección bacteriana. A medida que la infección avanza, empieza a profundizar en el tejido causando inflamación o irritación entre los dientes y las encías. La respuesta del organismo es destruir el tejido infectado, por lo que las encías parecen retroceder. Las bolsas resultantes entre los dientes se hacen más profundas y, si no se busca tratamiento, el tejido que compone el hueso de la mandíbula también retrocede provocando dientes inestables y la pérdida de dientes.

Derivaciones de dentistas generales y autoderivación

Existen varias formas de solicitar tratamiento a un periodoncista. En el transcurso de una revisión dental periódica, si el dentista general o el higienista detectan síntomas de gingivitis o enfermedad periodontal de rápida evolución, puede recomendarse una consulta con un periodoncista. Sin embargo, no es necesaria una remisión para una consulta periodontal.

Si experimenta
cualquiera de estos signos y síntomas
es importante que concierte una cita con un periodoncista sin demora:

  • Sangrado al comer o al cepillarse – El sangrado inexplicable al consumir alimentos o durante la limpieza diaria es uno de los signos más comunes de infección periodontal.
  • Mal aliento – La halitosis continuada (mal aliento) que persiste incluso cuando se aplica un riguroso programa de higiene bucal, puede ser indicativa de periodontitis, gingivitis o el comienzo de una infección en los tejidos de las encías.
  • Dientes flojos y rec esión de las encías: unos dientes más largos pueden indicar recesión de las encías y pérdida ósea debida a una enfermedad periodontal. A medida que esta enfermedad avanza y ataca al hueso maxilar (el anclaje que sujeta los dientes), los dientes pueden aflojarse o perderse por completo.
  • Gangrena en los tejidos – La gangrena es difícil de autodiagnosticar, pero el dentista general y el periodoncista comprobarán su presencia en los tejidos blandos, el hueso alveolar y el ligamento periodontal.
  • Enfermedades relacionadas: las cardiopatías, la diabetes, la osteopenia y la osteoporosis están muy relacionadas con la periodontitis y las infecciones periodontales. La infección bacteriana puede propagarse por el torrente sanguíneo y afectar a otras partes del cuerpo.

Diagnóstico y tratamiento

Antes de iniciar cualquier tratamiento dental, el periodoncista debe examinar exhaustivamente las encías, el hueso maxilar y el estado general de los dientes. Cuando se diagnostica oficialmente gingivitis o enfermedad periodontal, el periodoncista dispone de varias opciones quirúrgicas y no quirúrgicas para tratar la infección subyacente, detener la recesión de los tejidos blandos y reestructurar o sustituir los dientes que puedan faltar.

  • Gingivitis/enfermedad periodontal leve – Cuando las bolsas de las encías superan los 4 mm de profundidad, el periodoncista o el higienista pueden realizar un raspado y alisado radicular para eliminar los restos de las bolsas y permitir que cicatricen. A partir de entonces, se proporcionará formación y asesoramiento sobre un régimen de limpieza eficaz.
  • Enfermedad periodontal moderada: si las bolsas de las encías alcanzan los 4-6 mm de longitud, puede ser necesario un raspado y alisado radicular más exhaustivos. Esta limpieza suele realizarse con anestesia local.
  • Enfermedad periodontal avanzada – Las bolsas gingivales de más de 6-7 mm suelen ir acompañadas de pérdida ósea y recesión gingival. El raspado y el alisado radicular se realizarán siempre como tratamiento no quirúrgico inicial. Además de estos tratamientos no quirúrgicos, el periodoncista puede recomendar un tratamiento quirúrgico para reducir la profundidad de la bolsa.
  • Pérdida de dientes – Cuando faltan uno o varios dientes debido a una enfermedad periodontal, los implantes dentales son una opción eficaz. Si el hueso es lo suficientemente fuerte como para proporcionar un anclaje adecuado para el diente protésico, puede colocarse el implante. Sin embargo, si el hueso está muy erosionado, el periodoncista puede realizar injertos óseos para proporcionar un anclaje adecuado para el diente o dientes nuevos.

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